Nuestro planeta es un ecosistema interconectado, un sistema en el que todos los elementos están entrelazados y operan en equilibrio. Buckminster Fuller lo describió acertadamente como "Nave espacial Tierra". Es hora de reflejar esta realidad en nuestras interacciones sociales. El hecho es que las sociedades humanas, dispersas por todo el mundo, dependen de recursos que están distribuidos de manera desigual en el planeta. Actualmente, este desequilibrio se aborda a través de corporaciones que reclaman la "propiedad" de los recursos y los venden en busca de beneficios personales.
Sin embargo, esta práctica presenta numerosos problemas debido a su naturaleza egoísta y centrada en el beneficio individual. Pero en una escala más amplia, el verdadero desafío radica en el hecho de que vivimos en un planeta finito. La gestión y la preservación de los recursos deben ser nuestra principal preocupación para garantizar la supervivencia humana, especialmente en vista del crecimiento demográfico de los últimos 200 años.
Cada segundo, dos personas nacen en este planeta, y cada una de ellas requerirá alimentos, energía, agua y otros recursos durante toda su vida. Dada esta necesidad fundamental, debemos comprender los limites de los recursos, cuáles son las tasas de agotamiento y la necesidad de racionalizar la industria de manera eficiente y productiva. Para lograrlo, se debe establecer un Sistema Global de Gestión de Recursos. Es simplemente sentido común.
El primer paso hacia este sistema implica realizar un Estudio Global Completo de todos los recursos terrestres. Luego, basándose en un análisis cuantitativo de las propiedades de cada material, se desarrolla un proceso de producción estratégicamente definido que utiliza variables como las retroacciones negativas y la renovabilidad. Además, se accede a estadísticas de consumo, se monitorean las tasas de agotamiento y se establece una distribución lógica. En resumen, se trata de un enfoque sistémico completo para la gestión, producción y distribución de los recursos terrestres, con el objetivo de lograr eficiencia, conservación y sostenibilidad absolutas.
Este enfoque se basa en atributos matemáticamente definidos y utiliza toda la información y tecnología disponibles en ese momento. Los parámetros para el funcionamiento social dentro del complejo industrial se determinan mediante cálculos computacionales, no mediante opiniones humanas. Aquí es donde la inteligencia informática se convierte en una herramienta importante para el gobierno social, ya que solo las capacidades de cálculo y programación de las computadoras pueden acceder y regular estos procesos de manera eficiente y en tiempo real.
Sin embargo, esta práctica presenta numerosos problemas debido a su naturaleza egoísta y centrada en el beneficio individual. Pero en una escala más amplia, el verdadero desafío radica en el hecho de que vivimos en un planeta finito. La gestión y la preservación de los recursos deben ser nuestra principal preocupación para garantizar la supervivencia humana, especialmente en vista del crecimiento demográfico de los últimos 200 años.
Cada segundo, dos personas nacen en este planeta, y cada una de ellas requerirá alimentos, energía, agua y otros recursos durante toda su vida. Dada esta necesidad fundamental, debemos comprender los limites de los recursos, cuáles son las tasas de agotamiento y la necesidad de racionalizar la industria de manera eficiente y productiva. Para lograrlo, se debe establecer un Sistema Global de Gestión de Recursos. Es simplemente sentido común.
El primer paso hacia este sistema implica realizar un Estudio Global Completo de todos los recursos terrestres. Luego, basándose en un análisis cuantitativo de las propiedades de cada material, se desarrolla un proceso de producción estratégicamente definido que utiliza variables como las retroacciones negativas y la renovabilidad. Además, se accede a estadísticas de consumo, se monitorean las tasas de agotamiento y se establece una distribución lógica. En resumen, se trata de un enfoque sistémico completo para la gestión, producción y distribución de los recursos terrestres, con el objetivo de lograr eficiencia, conservación y sostenibilidad absolutas.
Este enfoque se basa en atributos matemáticamente definidos y utiliza toda la información y tecnología disponibles en ese momento. Los parámetros para el funcionamiento social dentro del complejo industrial se determinan mediante cálculos computacionales, no mediante opiniones humanas. Aquí es donde la inteligencia informática se convierte en una herramienta importante para el gobierno social, ya que solo las capacidades de cálculo y programación de las computadoras pueden acceder y regular estos procesos de manera eficiente y en tiempo real.